jueves, 2 de octubre de 2014

La nueva expedicion española a las Indias

           Ayer, martes 21 de mayo, por la madrugada, zarpó la expedición fluvial más importante de la década. Con sus tres carabelas, la Santa María, la Niña y la Pinta, llevando los colores del reino hispánico, y sus casi ochocientos tripulantes, el Almirante Cristobal Colón acaba de emprender un viaje de varios meses por el océano Atlántico, donde espera encontrar un nuevo camino a las Indias. Mientras la ceremonia oficial de partida se desarrollaba en la Plaza Mayor, en presencia de las autoridades representantes del Rey y de Luis de Santángel, amigo de Colón y padrino de su aventura, en el muelle se reunió una masa humana compuesta por los marineros y sus familias, los trabajadores cargando el barco de productos alimenticios frescos, y los curiosos viendo el espectáculo. Madres llorando a sus hijos, esposas abrazando por última vez quizás a sus maridos, padres despidiendo a sus bebés... cargaron el aire marino de una tensión emocional extraordinaria, duplicada por las esperanzas económicas que promete esta aventura. Si se cumple el sueño de Colón, España, además de poder cumplir con sus objetivos de evangelización de las poblaciones bárbaras de tierras lejanas, será la dueña de una vía marítima exclusiva a las riquezas del Oriente.

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